Arde Paris

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El ser un un espanol sin ganas, como decìa Cernuda, y un rotundo no por culpa de mi escaso dominio del idioma galo, me empujaron a aplastarme en Paris un frìo Febrero de 2003.
Debido a que en Francia nacieron la luz, el amor, la bohemia y Picasso, yo deseaba màs que nada en el mundo comprobarlo con mis propios ojos. Con el tiempo,me dì cuenta que todo era mentira pero en lo relativo al malagueño, varios millones de franceses albergan todavìa serias dudas.
Mis primeros meses escondido tras una cabeza de Pluto y sin apenas dinero para pagar el RER o cercanìas, generaron en mì la enorme necesidad de perderme por la ciudad. Paris fué construida para andar sin rumbo fijo.Ademàs es gratuito. No hay màs que seguir a tus propios pies para acabar recorriendo la rue d’Oberkampf, hinchada de bares con sublimes mujeres que apuran sus cigarrillos a la puerta de los mismos o el « Marché des enfants Rouges »lugar al que mi estòmago me arrastraba cada vez que habìa que comer algo.

Apenas queda rastro de la bohemia tal y como yo me la imaginaba. Los « Apollinaire » y los « Boris Vian » instalados en las mesas del Café Flore han sido substituidos por tipos con trajes caros y Panamàs, que lanzan miradas furtivas a rubias con caniches, parapetados tras sus Le Monde.Sin embargo puedes sentir que el aroma de grandiosidad de esta ciudad aùn està presente.No sabes lo que es, pero està incrustado en cada muro, en cada actitud, en cada gesto. Mayo del 68 queda muy lejos, sin embargo debajo de los adoquines està Paris- Plage. Mejor que nada.

Paris te reconforta por culpa de esa luz con la que te rodea, te golpea, te empapa sin llegar a cegarte y no sorprende el hecho de que los Campos Elìseos, el paraiso de hombres virtuosos, se encuentre en el octavo « arrondissement » o distrito de la capital.
Yo también he sido feliz en esta ciudad pero retomando las palabras de John Ashbery, despuès de vivir en Paris uno queda inhabilitado para vivir en cualquier sitio, incluido Parìs.

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