Crónicas de Yuma Vol.1

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El desembarco

7185 kilómetros para aterrizar en Yuma, esa especie de tierra prometida moderna en la que se han convertido los USA. El punto de partida es la luminosa Madrid, sustituta de Nueva York, y los aspirantes, en lugar de ser bautizados con los atractivos pseudónimos Dean Moriarty y Sal Paradise de mi libro de cabecera, pues son nada menos y nada menos aún que Paco y Mariano.
La odisea de n-horas suspendidos en el aire termina con cientos de personas convertidas en ganado de dos piernas que esperan con nerviosismo pasar al “other side”.

El momento llega, y tras media hora de espera en la que te han realizado una radiografía de tu pasado y de tus planes futuros, con la sempiterna pregunta en medio ¿tiene previsto matar al presidente?, pisamos la tierra bendecida por Dios. Porque si hay uno , éste es de Brooklyn y seguro que fue agente de aduanas.
Con el miedo en el cuerpo a causa de este recibimiento para nada americano, en ocasiones parece que nos adentráramos en el mismísimo Auszwitz, salimos al calor de Georgia. Para ser todavía mayores estereotipos vivientes y españoles de pro, ponemos en nuestro “walkman” a Ray Charles a volumen 11.

Son instantes en los que uno se siente como un auténtico palurdo, como un torero al otro lado del telón de acero y cómo no, cometemos en seguida el primer error: alquilar un coche en el aeropuerto.
En mi afán de meterme en la piel de Dean, intento convertirme en amo y señor de la situación y guiñando un ojo a Sal, me adentro, hinchado como un pulpo, en las negociaciones con el encargado de los alquileres, nativo afroamericano de quinta generación y que dispara palabras a la velocidad de una Uzi.
Advertencia: en Yuma se cobra un suplemento por cada estado que se prevé visitar a bordo del coche, utensilio tan importante aquí como un trabajo o la cobertura médica. Demasiado tarde. Ya le he dicho que atravesaríamos el país y que teníamos la falsa idea de visitar 25 estados en una semana. Resultado: 2000 verdes de alquiler por 10 días. Great!!

Ya en el coche, cabizbajos y a 55 millas a la hora, cogemos la N85 que nos llevará como una culebra a Athens, Georgia. La razón, mi gran amigo Luis y un tipo enclenque, enfermizo y podrido de talento llamado Michael Stipe.

" La vida es un país extranjero " Jack Kerouac

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