Crónicas de Yuma Vol. Final

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Para Mery

Coconuts on the beachfront
no es un bar de alterne sino un chiringuito de playa, aunque quién lo diría a partir de las 12 de la noche.
Nada interesante que reseñar excepto la decoración a base de gárrulos emparejados, en trámite de irse solos a la cama y muy mal acostumbrados a que la banda de turno genere pequeñas dosis de placer con versiones de Allman Bros., Gov't Mule y Black Crowes.
Todos ellos y ellas, reciben el estimulante apelativo norteño de rednecks. Cuellos rojos, para aquellos nacidos involuntariamente entre los Pirineos y el estrecho de Gibraltar. Palurdos, en definitiva.
Esto es el Dirty South, el sur de Florida, el lugar donde se prueban los cohetes rellenos de personas que se envían dirección el espacio exterior.
El sur, con sus pick-ups, las camisetas con absurdos logos de spots playeros, los pantalones vaqueros cortados dejando ver el entrecejo de las rodillas, las gorras de STP....Todo ello es el equivalente al fino, las sevillanas, Marbella y sus monumentos al mal gusto construidos en lugares prohibidos, los aprendices de Jesús Gil y los jornaleros, el olor a crema y los taper-ware forrados de paella en la playa.

A pesar de los puntos en común nunca me dio por el sur cañí, con sus procesiones rocieras y sus casetas bajo el sol de Abril. Por el contrario, siempre me fascinó este mundo lleno de clones de Stallone en Yo el Halcón, con camiones más grandes que la carretera y un mar color chocolate ensuciando la costa.
Este lugar se encuentra dentro de un país donde aquel que vale para hacer algo grande tiene las puertas abiertas de par en par. Quizá se trate de un espejismo recurrente en los neófitos como yo, pero las condiciones de partida para tocar el cielo son una realidad. En España, el camino está despejado para que uno haga las maletas y se vaya, regresando a casa cuando el prestigio te inyecta la dosis necesaria para volver a los territorios patrios tras años de conquistas en el extranjero.

A veces lo más importante para el hombre no es hacerlo sino saber que puede hacerlo y este estado se traduce en valor para intentar, lo que sea, pero intentarlo.
Yuma es un país grande y no sólo en extensión y aunque el sueño americano no exista todos vivimos de él y en él.
Tan sólo espero encontrarme en Segovia y rodeado de los míos cuando me despierte del mío, dónde es posible hacer lo que amas de verdad y donde de verdad quieres estar.

“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar” Antonio Machado”

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