Buscando a Segovia en cualquier parte

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Ayer, de madrugada, con la cabeza para chichones y unas sonrisa bombardeando mi cara de este a oeste, colgué el primer video-clip de mi corta y espero que larga carrera musical. Por obra y gracia de Miguel Pita, doctor, pero sobre todo director de cortos más que recomendables, he tenido la posibilidad de verme hacer el bufón sobre un autobús, martilleando los oídos de todos aquellos segovianos a los que pillamos “ in fraganti ” un domingo cualquiera. El caso es que visionando las imágenes comencé a pensar en la relación que los músicos tienen con determinadas ciudades y cómo éstas se han convertido en el tema perfecto para “componerlas” una canción.

Frank Sinatra, Ryan Adams y Nueva York. George Brassens, Leo Ferré y París.Burning, Sabina y Madrid..... todos estos tríos, por no nombrar otras formaciones menos seductoras, han dado como resultado algunas de las canciones más memorables de la historia y me pregunto, sin querer hacer apología de ningún tipo, por qué Segovia no tiene la suya.

Es cierto que yo he sido siempre un segoviano sin ganas cuando vivía en Segovia y que, cuando me exilié no forzosamente a otros lugares, nunca me colgué la medalla de segoviano en mi pecho palomo. De hecho, durante un tiempo dije que era de Madrid porque era mucho menos largo que explicar la historia esa de una ciudad pequeña al oeste de Madrid, como a unos 100 km y con un Acueducto...Que San Frutos me perdone.

Bajo el cielo gris de Londres y París recordaba muy a menudo aquellas mañanas detrás de la Catedral en las que la luz hace contorsionismo y te llena los ojos y de cómo huele a campo cada vez que a esos nubarrones negros les da por aparecer y de que, a veces, a velocidad terminal, es necesario regresar a aquel lugar donde todo cambia muy poco a poco y mirar las cosas que veíamos todos los días como si fuera la primera vez.

Sin quererlo ni saberlo me he encontrado buscando las calles de la Judería Vieja en Shibuya y en el Hell’s Kitchen y eso bien merece una canción. De amor o desengaño en La Piedad, de frustración o de esperanza a altas horas de la madrugada en la Calle Real, de caras cuarteadas por el sol castellano o de manos de cirujano del Hospital de la Misericordia, pero una canción al fin y al cabo. Segovia, Segovia.

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