¡ Cómprate unos cascos copón !

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Cómo todos los días, salgo dando volteretas de mi casa y me dejo tragar por la boca de metro que se encuentra al final de la calle. Pago el euro de rigor, me dirijo hasta el centro de Madrid y, como siempre, me dedico a observar todo lo que pasa o deja de pasar a mi alrededor. Como siempre, acabo siendo testigo forzoso de la misma escena. El tipo o tipa que, aplastado en mitad del vagón escucha música por el móvil a volumen once. Las personas cambian cada día pero las caras de unos y otros hablan por si mismas. Las de los propietarios de los teléfonos gritan ¡ escuchad este temazo, que a mí me encanta, porque estoy seguro/a de que os va a gustar muchísimo a todos!.

Las de el resto de prisioneros que cumplen condena en este Guantánamo sobre railes, y que ya tienen suficiente con ir a un trabajo que les seca , responden en silencio , - pero ¿ por qué no escuchas música con unos cascos?. Mira , te doy todo lo que llevo en los bolsillos pero por favor, acaba con este suplicio. También llevo balas, así que sea rápido por favor.
El cien por cien de las veces la música que sale de esos aparatos último modelo es de la peor calaña a mi mal entender. Reggeton, flamenco cutre, el último single de Lady Gagá o cualquier llena pistas con el gen “bakala” pegado al compás que marca el negocio. Nunca, y digo bien nunca, se nos da la oportunidad de escuchar a Sinatra, o a Miles Davis, o a Marvin Gaye o la enorme Patsy Cline o incluso a los desnortados U2....en definitiva, grupos que me gusten. La misma historia se repite con el vecino del quinto que nos atrona cada día con música del diablo, que sube como la gangrena por las paredes de nuestro cuarto y a horas un tanto intempestivas.

Las nubes desaparecen y ocultas tras ellas surge la polémica cuando estos individuos se parapetan detrás de la libertad para escuchar la música cuando y cómo se les antoje, porque al fin y al cabo, ellos también pagaron el euro en la entrada y el alquiler a fin de mes. No sé si tienen razón pero solamente tengo dos cosas que decir al respecto.La primera que yo no soy de los que dicen que les gusta todo tipo de música y lo segundo es que nuestra existencia sería mucho más agradable si todos tuviéramos unos cascos en los bolsillos, un gesto al alcance de todos y no practicado por todos precisamente.


“A la música va unida cierta falta de urbanidad porque daña la libertad de los demás” Kant

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