El despertador sonó demasiado pronto, tanto, que hasta a la Luna le pilló en un renuncio con las bragas por debajo de las rodillas. Maldije a los vecinos que estuvieron de copas hasta las mil y una y salí a la luz de las farolas. En el trayecto empecé a ver los primeros resultados de una larga noche de sábado. Caras un tanto desencajadas, medias rotas, otros que pueden andar a medias y algunas parejas que se hicieron con la misma facilidad con la que se desharán.
Me cuesta mucho hacerme a la idea de que yo también he sido y soy de vez en cuando uno de ellos, pero el punto de vista no alcohólico con el que veo todo me hace expulsar la idea de mi cabeza. ¿ De verdad que yo me comporto así cuando estoy borracho?. Yo soy mucho más listo y jamás hago esas tonterías- digo para mis adentros mientras una morena de las de Tuenti le dice a su amiga que le agarre de las caderas porque está “toa mareá”.
Yo sigo andando, mirando mi reflejo en los escaparates para ver que mis remolinos no están de huelga esta mañana, y veo a los agricultores que comienzan a llegar a la Puerta del Sol para protestar por la subida de los costes agrícolas, que causa tantos estragos como la filoxera.
El caso es que a la altura de la calle del Príncipe, y mientras comienza a lloviznar, me doy cuenta de lo mucho que nos parecemos todos y de lo mucho que nos cuesta vernos reflejados en aquellos a los que no admiramos. Siempre es mejor ser un borracho y que la gente te diga que eres como Keith Richards, a que te comparen con el Patricio, aquel hombre que vagabundeaba por las calles de Segovia...pero claro, uno escribió “Satisfaction” y el otro encontraba su satisfacción personal en la bebida. ¡Vaya, como Keith!.Lo mismo ocurre cuando siendo músico te dicen que tu grupo suena como alguno en el que jamás pensaste, ni piensas ni pensarás ni por un segundo. Es increíble cómo todo se parece tanto que muchas veces se hace difícil elegir entre una derrota injusta o una victoria ecuánime. Al fin y al cabo los dos lados de la cama son iguales pero no.
“Creía que un drama era cuando llora el actor, pero la verdad es que lo es cuando llora el público.” Frank Capra
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