Elucubrando, culebreando y teorizando a dos pesetas

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He de reconocer que últimamente estoy dándome cabezazos contra un muro en lo que se refiere a la música.Necesito acabar una canción sobre desarrollo sostenible y ni siquiera soy capaz de sostener la cabeza sobre los hombros ni los hombros sobre mis pies ni éstos sobre la tierra....
He estado pensando en la canción perfecta, mirando con lupa las canciones de Hank Williams y Woody Guthrey, sus estructuras, sus temas, donde se sitúan, cómo cuentan historias en 4 versos y cómo lo que han hecho en muchos casos no han sido nada más que adaptar a su manera la tradición.T
ras ese estudio minucioso comencé a concentrarme en las interpretaciones de gente como Sting, Marvin Gaye, Freddie King,David Bowie, Jeff Buckley e intenté adentrarme en ellos, en su cabeza, en su corazón en sus cojones para ver cómo se debe cantar.De pronto, caí en la cuenta que sólo en la música estamos obligados a interpretar y pasar sobre el trabajo acabado casi de manera indefinida.Me refiero a que los grupos deben tocar una canción en infinidad de ocasiones, incluso "obligados" por el público, aunque ésta no signifique ya nada para ellos, deben reinterpretar el trabajo pasado en el momento presente y probablemente en el futuro.
Este hecho es algo único, con la excepción del teatro y la danza, ya que en el cine, la pintura, la escultura.... una vez que el trabajo finaliza se pasa a otra cosa mariposa.Los cantantes son grandes mentirosos, titiriteros que juegan con los hilos de las emociones y que con un trabajo repetitivo son capaces de producir sensaciones nuevas a cada escucha.Curiosa paradoja ésta.
En todo caso intento aprender de todos ellos y no cansarme de mis propias canciones aunque ser yo sea a veces de lo más pesado.

"Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo", Oscar Wilde

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